El 2020 fue un año atípico que obligó a modificar la forma en la que compramos. Esos cambios, derivados de la Covid-19, también impactaron en el ecosistema de pagos mexicano y, por ende, en los consumidores.
La implementación de tecnología y soluciones innovadoras en los comercios del país fue obligada y acelerada debido a las necesidades que la propia pandemia presentó. A mediados de año y con el cierre de tiendas físicas, el comercio electrónico tuvo un incremento notable en su volumen de transacciones, que fue de hasta 350% de acuerdo con datos de Adyen.
Pero los cambios no únicamente existieron en el plano digital, ya que al reabrir las sucursales físicas, los negocios requerían de soluciones que evitaran las filas y conglomeraciones, además de que permitieran al usuario permanecer el menor tiempo posible dentro del establecimiento para mitigar el contagio.
Eso generó una necesidad de innovar y ofrecer a los compradores las opciones que hicieran que sus compras fueran más seguras, fáciles y rápidas, además de una experiencia intuitiva y personalizada.
Nuevas soluciones de pago
2020 fue un año en el que se aceleró la adopción de algunas soluciones de pago que ya desde antes ayudaban a mejorar la experiencia del cliente y optimizar las ventas.
Entre ellas están las billeteras digitales o e-wallets, que aún están en un proceso de adopción en ascenso que continuará hacia 2021: datos de The Competitive Intelligence Unit indican que el 90% de los clientes planean utilizarlas cuando su implementación esté completa.
El uso de network tokens para el cobro de suscripciones, entre otros pagos recurrentes, es otra solución que continúa con un proceso de implementación óptimo, mismo que evita pasos al comprador al momento de pagar y ofrece un mayor nivel de seguridad, al evitar que los datos de una tarjeta de comprometan nuevamente, cuando se trata de operaciones repetidas.
Así mismo, este fue el año en el que las empresas voltearon a ver hacia soluciones contactless, ya que los usuarios querían evitar el contacto en la medida de lo posible, tanto con otras personas, como con el mobiliario de los comercios.
Es aquí donde entran soluciones como CoDi, del Banco de México, y aplicaciones como Samsung Pay, que permiten al usuario completar el pago con el escaneo de un código QR y acercando el smartphone a una terminal punto de venta, respectivamente.
Apertura de nuevas redes de pago
Un paso importante que se dio en 2020 para el sistema de pagos mexicano fue la autorización a Visa y MasterCard de operar como red de pago o cámara de compensación en el país.
Una red de pago se refiere a los sistemas encargados de brindar el servicio de comunicación y compensación de pagos entre los participantes de una operación. Es decir, es la tecnología encargada de mover el dinero del banco emisor (el del consumidor) al banco adquirente (comercio) para completar una operación.
Anteriormente, esa función la llevaban a cabo únicamente PROSA e eGlobal, pero en marzo el Banco de México otorgó a Visa y MasterCard el permiso para emplear su tecnología para manejar las transacciones y optimizar los procesos.
Esto generó una mayor capacidad tecnológica en el país, eliminando limitantes a las que el sistema se enfrentaba y teniendo acceso a más soluciones digitales, implementadas por estas empresas.
Entre otras ventajas se encuentra la posibilidad del uso de tokens para realizar cobros recurrentes y el acceso a más datos clave sobre los compradores para mejorar la experiencia del cliente y la seguridad.
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Evolución antifraude
En este aspecto existen avances importantes. Un problema notable en el ecosistema de pagos mexicano es que las emisoras cuentan con una infraestructura de banda transnacional diseñada principalmente para operaciones de tarjeta presente. Por ejemplo, los protocolos de seguridad y contra clonaciones más comunes son el uso de chip en lugar de la banda magnética de las tarjetas bancarias, además de exigir que el cliente se encuentre presente al momento de la transacción.
En ese sentido, la evolución necesaria para reducir el riesgo de fraude dentro de las plataformas digitales y de comercio electrónico radica en soluciones tecnológicas que acaben con las limitantes técnicas de la red actual. Como parte de ello es importante enfocar la atención en el proceso de autenticación del comprador.
Una de las herramientas más favorables en ese sentido es la autenticación de doble factor, como es la verificación 3DS 2. Esta herramienta ofrece un enfoque a través de una gama más amplia de datos de las transacciones realizadas por los consumidores y métodos biométricos. El emisor de la tarjeta realiza ese proceso dentro de su aplicación y la identidad del comprador puede verificarse mediante reconocimiento facial o de huella digital, entre otros.
RevenueAccelerate de Adyenutilizaverificación 3DS 2, tecnología que aprende de patrones e información extraída de los datos de los consumidores y te asesora sobre los pasos a seguir para realizar la autorización, lo que ayuda a minimizar el riesgo de transacciones interrumpidas y permite al negocio dedicar más tiempo a sus operaciones sin enfocar mayor atención al cambiante entorno de pagos.
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