Vivimos en la era de los datos: en tan solo 60 segundos, se genera una cantidad abismal de datos derivados de las diversas actividades que realizan los usuarios en internet. En el particular caso del comercio electrónico,en un minuto se gastan alrededor de 1.6 millones de dólares en el mundo, actividad que sin duda es una fuente enorme de data. Pero, ¿cómo protegen los comercios los datos que generan los usuarios que compran en esas plataformas? Sin duda la privacidad e información del cliente son muy valiosas y, en ocasiones, esta última puede ser delicada.
Y sí, los negocios sí pueden beneficiarse de la recopilación, almacenamiento y análisis de esa información, pero siempre y cuando ese uso sea de forma responsable y orientada a mejorar la experiencia del usuario. Es decir, el beneficio para el negocio debe ser consecuencia de la elaboración de estrategias enfocadas en el cliente.
Por ejemplo, una correcta gestión y análisis de datos puede ayudar a las empresas a crear mejores perfiles de los usuarios y conocer más sobre sus hábitos de consumo, para así crear recomendaciones y experiencias personalizadas que generen engagement, lo que derivará en mayores ventas, ticket promedio más alto y lealtad, lo cual es resultado de la satisfacción del usuario: es un ganar-ganar.
¿Cómo proteger los datos?
Sin duda, la información del usuario puede ser muy valiosa para entes maliciosos. Los negocios tienen acceso a datos bancarios, direcciones de domicilios, entre otra información de carácter personal que se puede utilizar de forma incorrecta.
El primer consejo para las empresas y retailers es apegarse a las normas vigentes en materia de protección de datos como elPCI SSC (Payment Card Industry Security Standards Council). Se trata de un estándar de seguridad adoptado por los emisores de tarjetas bancarias para evitar el robo de información de los usuarios titulares de plásticos bancarios, usados en transacciones.
Apegarse a esos requisitos técnicos y operativos es fundamental para que la data que se genera tras cada pago se mantenga segura, protegiendo al usuario y, desde luego, al comercio, minimizando así la posibilidad de las políticas de acceso a la información.
También es obligatorio apegarse a laLey Federal de Protección de Datos Personales, una regulación oficial que permite el tratamiento de datos personales por organizaciones y empresas del sector privado que los obtengan, usen, almacenen y/o transfieran como parte de sus actividades.
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En resumen, la ley dicta que los negocios deben obtener, antes de almacenar la data, el consentimiento del usuario para el tratamiento de esa información, además de que se les debe dar conocimiento del uso que se le dará.
Añade que los datos deben ser exactos, completos, pertinentes, correctos y actualizados de acuerdo con sus finalidades, además de que su tratamiento debe cumplir las finalidades establecidas en el aviso de privacidad presentado al usuario. Dicho aviso, forzosamente, debe estar disponible en las plataformas digitales de la empresa y de fácil acceso.
Es importante también contar con un aliado tecnológico que permita generar un cifrado de datos correcto que haga que la información que se envían usuario y negocio de forma lateral sea protegida de posibles intrusos que se inmiscuyen en la red en busca de información. Invertir en este tipo de medidas para ofrecer mayor seguridad es una necesidad actualmente.
Entre otras medidas, los comercios deben realizar pruebas frecuentes y ejercicios de prevención de fraude y, desde luego, usar responsablemente la información que está en sus manos, todo siempre con el objetivo de beneficiar al consumidor y generarle un customer journey positivo.
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